Tanto Aranguren como Marcos Peña habían asegurado que, pese a la cuestionada decisión de suspender el convenio, las tarifas no iban a incrementarse significativamente. De todos modos, aún si se retomase el acuerdo para fijar el precio del combustible, el Ejecutivo aplicará un aumento de entre un 6 por ciento y un 7 por ciento que está previsto para después de las elecciones.
Debido a la liberación del mercado del petróleo y combustibles, la acción de YPF subió más del 13 por ciento desde el cierre del lunes de la semana pasada cuando se conoció la decisión oficial. El significativo aumento contradice las predicciones del Gobierno, que había asegurado que los precios no iban a incrementarse.
En apariencia, los inversores descuentan que YPF saldrá beneficiada en un contexto de libertad de mercado, y aun cuando la medida recién se aplique desde principios de año porque ya constataron la decisión política de concretarla.
Cabe recordar que según explicó el ministro Juan José Aranguren, quien junto al jefe de Gabinete Marcos Peña había asegurado que no subirían las tarifas, el acuerdo con lo productores de petróleo y las refinadoras está en suspenso debido a que al 13 de setiembre se cumplieron 10 días seguidos en que el Brent superó el valor local del crudo. Si esa situación se revierte, el convenio retoma su vigencia hasta el 31 de diciembre, con precio sostén para el petróleo por encima del internacional.
Aún si se retomase el acuerdo, el Ejectutivo tiene previsto un aumento de los combustibles al público de entre un 6 por ciento y un 7 por ciento que se aplicará después de las elecciones. Por el contrario, si el precio del Brent vuelve al ascenso y hay liberación del mercado, la suba podría superar el 10%, sobre todo para las naftas y con menor incremento para el gasoil.