A horas de habilitarse la versión digital un nuevo censo poblacional, la discapacidad es abordada de manera muy confusa en el cuestionario. ¿Errores involuntarios o invisibilización histórica?
15 de Marzo del 2022
Preguntas incómodas, respuestas incompletas.
Conocer cuántas son, cómo, con (o sin) qué viven las personas es la función principal de un censo. Preguntar, para responder, políticamente hablando.
Y con la posibilidad de preguntar periódicamente, se abre la posibilidad a muchas respuestas. Así como cajones viejos, oscuros y desordenados que sólo se abren cada tanto por curiosidad,
Y lo que de allí sale, seguro estará opaco y deslucido.
Limpiar el polvo de lo obsoleto debiera ser lo primero que se haga, una vez abierta esa caja vieja. Pero ¿Con qué paño?
Cuando encerar y pulir es incluir
Las diversidades vienen buscando reconocimiento desde hace tiempo. No es novedad que hay reclamos que hoy,ya no estamos dispuestes a guardar para después
Lo que está limpio, brilla, pero lo que está empañado, aún debe lustrarse. Y en la multiplicidad de cosas todavía sucias al fondo del cajón,estamos las personas con discapacidad,una vez más.
Ahora bien,si el censo tiene el plumero por el mango, ¿Cuánto va a limpiar para este colectivo?
Cuentas claras, conservan y garantizan derechos
El cuestionario del censo no refiere a las personas con discapacidad como tales, sino que menciona muy levemente a quienes tengan : “dificultad o limitación en el hogar”
He aquí la primera partícula de suciedad, la primera pregunta sin respuesta de esa caja de ¿Sorpresas? Políticas públicas ausentes.
Luego de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, documento de la Organización de Naciones Unidas al que Argentina adhirió en 2008 (por medio de la ley 26.378) y que desde 2014 (por la ley 27.044) tiene jerarquía constitucional se instala el concepto “persona con discapacidad” para llamar a este colectivo humano, entonces por qué indagar con eufemismos que nada claro van a dejar en cuanto a números reales concretos y que sólo eluden la obligación de saber cuántas personas con discapacidad hay en Argentina.
Y como el polvo tiene varias capas, también cabe mencionar que el censo no pregunta qué porcentaje de población tiene efectivamente tramitado el Certificado Único De Discapacidad. (CUD), herramienta fundamental para dar respuestas institucionales adecuadas a este multiverso y todas sus necesidades.
Espacios dignos y concretos en educación, salud, empleo y un sin fín (todavía, lamentablemente, de etc) serían las respuestas en las que la población de personas con discapacidad deberíamos ver reflejadas tantas, o en este caso, tan pocas (o nulas) preguntas.
Así, y solo así, nuestros actores políticos podrán hacerse eco de llevar adelante políticas de acción efectiva que, hasta ahora, están archivadas, mezcladas en la oscuridad de las gavetas que nadie quiere abrir. Ni mucho menos limpiar.
Pero no nos importa, como podemos luchar, también sabemos abrir y pulir, para gritar.
