El premio lo recibió junto a la científica estadounidense Joanne Chory tras haber desarrollado nuevas líneas de investigación en torno a la crisis climática y sus efectos
La bióloga argentina Sandra Myrna Díaz, junto con su par estadounidense Joanne Chory, fue galardonada hoy con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2019. Pioneras en el conocimiento de la biología de las plantas transcendentales en la lucha contra el cambio climático y la defensa de la diversidad biológica, ambas desarrollaron, aunque por separado, un trabajo que las ubicó en la vanguardia de las nuevas líneas de investigación con futuras implicaciones destacadas.
Myrna Díaz nació en Bell Ville, Argentina, el 27 de octubre de 1961 y se graduó en Biología en 1984 en la Universidad Nacional de Córdoba, donde se doctoró en 1989. Entre 1985 y 1991 fue becaria en el Centro de Ecología y Recursos Naturales Renovables de dicha universidad y realizó una estancia posdoctoral en la Universidad de Sheffield. En 1993 regresó como profesora a la Universidad de Córdoba, donde actualmente es investigadora del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal, entre otros cargos.
Es miembro electo de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, de la Academia de Ciencias de Francia y de The Royal Society (Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2011). Entre los premios que recibió se destacan los Konex de Platino en Biología y Ecología, el Zayed al Liderazgo en Medio Ambiente, el Bernardo Houssay y el Ramón Margaleff de Ecología.
Durante su carrera, participó en actividades e informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático y de la Convención Internacional de Diversidad Biológica. Referencia científica en el área de la ecología y especializada en botánica, formó parte del desarrollo de una herramienta metodológica para cuantificar efectos y beneficios de la biodiversidad de las plantas y la ecología vegetal de los ecosistemas y su aprovechamiento humano en forma de combustible, materiales, medicinas, tintes, alimentación, protección hídrica y otras aportaciones.
También investigó el papel de la biodiversidad para contrarrestar el cambio global, por ejemplo, mediante el secuestro de carbono atmosférico. Es justamente este tema es que la emparenta con Chory, quien según recordó el jurado estudia «el desarrollo de plantas capaces de absorber hasta 20 veces más dióxido de carbono del aire que las normales».
El programa consiste en editar genéticamente esas plantas, de manera que puedan absorber más dióxido de carbono, por lo que según valoró el jurado, «se trata de un proyecto de investigación que lucha contra el calentamiento global y, por tanto, el cambio climático».
Joanne Chory nació en Methuen, Estados Unidos, el 19 de marzo de 1955. Se graduó en Biología en el Oberlin College (Ohio) y se doctoró en Microbiología en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign en 1984. Realizó estudios postdoctorales en Harvard y en 1988 se incorporó al Instituto Salk, donde ocupó diversos puestos, entre ellos el de directora de Investigaciones y del Laboratorio de Biología Celular y Molecular de Plantas.
Desde 1997 es investigadora del Howard Hughes Medical Institute y, desde 1999, es también profesora asociada de la Universidad de California en San Diego. Su campo de investigación se centró en el estudio de los mecanismos que regulan el funcionamiento de las plantas, desde el nivel molecular hasta el celular, así como las reacciones de estas a condiciones ambientales de estrés.