Es miembro de una familia real que teme por su vida por ser transgénero.

Una jequesa del país que hoy está en la mirada global por el mundial de fútbol, pidió asilo al Reino Unido para evadir una terapia de conversión, por su condición de mujer trans.
«Nací mujer pero era hombre por dentro. Ser gay en Qatar se considera punible con la ley y la muerte. Qatar es extremadamente estricto en la sharia«, dijo la mujer, que también detalla que se sentía deprimida porque no está cómoda con su cuerpo.
En su solicitud de asilo, la princesa incluyó dos cartas que contaban que había vivido «deprimida desde que tengo memoria simplemente porque mi exterior nunca coincidió con mi interior».
En esa situación apremiante provechó un viaje familiar a Londres en 2015 para escapar de su guardaespaldas y esconderse para verse liberada de la opresión religiosa que pesa contra la diversidad sexual en el emirato de Qatar.
La historia de la princesa transgénero se conoce cuando el régimen conservador de Qatar tomó medidas drásticas contra la «propaganda» LGBTQ+ en el Mundial de Fútbol y vetó el uso de todo tipo de emblemas.
El conservador estado musulmán prohíbe el matrimonio y el sexo homosexual, que pueden detenidos por el Departamento de Seguridad Preventiva y castigados con hasta siete años de prisión.
Solo unos días antes del inicio del Mundial, el embajador de la Copa del Mundo, Khalid Salman, describió la homosexualidad como un»daño en la mente».
Hoy, la mujer espera someterse a una cirugía de reasignación de sexo y casarse con su novia.
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