Por la reducción presupuestaria, más de dos mil doctores se quedaron afuera del sistema.
Cada año, miles de personas son evaluadas para ingresar a la carrera de investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). El viernes se difundió el listado de quienes serán incorporados, pero lo que generó sorpresa en la comunidad académica es el número de los «expulsados» del sistema: unos 2.145 científicos no podrán continuar con sus proyectos de investigación, según reveló el ex decano de Ciencias Exactas-UBA, Jorge Aliaga.
El dato se desprende de los resultados de la «convocatoria 2018» publicados en la web oficial del instituto. La sangría entre los candidatos y las personas rechazadas se debe al recorte en los cupos para el ingreso. De las 900 vacantes que se ofertaban en 2015, en 2017 ese número bajó a 600. Pero el año pasado la convocatoria se redujo a 450, es decir, la mitad en comparación hace cuatro años.
Los aspirantes al ingreso a la «carrera de investigador científico» (CIC) son científicos con estudios de doctorado y posdoctorado. En general son becarios o ex becarios con proyectos de investigación avanzados en distintas áreas: ciencias exactas, biológicas, médicas, físicas y sociales, entre otras. Pero no todos pueden acceder a la planta permanente del Conicet. De los los 2.595 postulantes, solo el 17,3% fueron aprobados.
«Unas 2.595 personas hicieron una carrera universitaria brillante, ganaron una beca doctoral y una postdoc. Fueron a congresos, dieron charlas y publicaron papers. Solo el 17,3% (450) seguirá haciendo ciencia aquí. Unos 2.145 serán expulsados del sistema y seguramente se irán del país», afirmó el biólogo del Conicet y divulgador Fabricio Ballarini en su cuenta de Twitter.
Si bien el achique en los ingresos era conocido -lo que generó una alta conflictividad gremial en los años anteriores-, la difusión de los resultados generó un intenso movimiento en las redes sociales, en el que becarios, científicos y académicos repudiaron la falta de oportunidades en el sistema de Ciencia y Técnica.
«El recorte en los ingresos deja afuera del sistema científico a muchos investigadores que, en las condiciones actuales, cada vez ven más limitadas sus posibilidades de preservar su inserción laboral luego de haber realizado su doctorado y su posdoctorado», afirmó Victoria García, secretaria de Derechos Humanos y Género de ATE-Conicet e investigadora en narrativa argentina. «Además resulta más difícil sostener líneas de investigación cuando los equipos se ven reducidos por la imposibilidad de los investigadores jóvenes de insertarse», completó.
Además de haber sido decano, Jorge Aliaga ocupó el rol subsecretario de Evaluación Institucional de la cartera que conduce el titular de Ciencia y Técnica, Lino Barañao. Luego que se difundieran los resultados, elaboró una grilla en la que expuso las cifras oficiales de la convocatoria y cómo se distribuyó el reparto de los ingresantes en el Conicet.
Según se desprende de ese análisis, las áreas del campo de las ciencias sociales y humanidades fueron las más perjudicadas, en las que apenas entraron casi el 7 por ciento de los aspirantes científicos. En Economía, por ejemplo, solo dos postulantes «entraron a carrera».
Esa relación contrasta con el rubro «Tecnología», un sector considerado estratégico: de las 15 solicitudes presentadas, 12 fueron aprobadas.
Durante el mandato de Cambiemos, la planta de investigadores del Conicet creció a una tasa anual de entre el 2,5% y 4,0% frente al 10% objetivo previsto en el plan que había diseñado Lino Barañao en el gobierno anterior.
Hace un mes, se entrevistó a varios investigadores que ya definieron probar suerte en otros países. Se habían quedado sin beca para continuar con sus proyectos y líneas de trabajo. Así retrataba esa fuga la bióloga María Inés Sotelo: «Estaba considerando hacer una estadía afuera como alternativa, pero se transformó en mi única opción cuando quedé afuera de Conicet este año».
Según los datos oficiales, el Conicet emplea a más de 10 mil investigadores y provee estipendios para unos 11 mil becarios. El crecimiento de la planta del instituto -solo en el caso de CIC y personal de apoyo- desde diciembre de 2015 a lo proyectado para diciembre de 2019 será del 17%.
¿Qué hacen los que se quedan afuera? «Algunos buscan opciones fuera del país, otros en el ámbito privado o en la docencia de nivel medio o en universitaria, donde la inserción es difícil y donde prima la precariedad laboral. En muchos casos, se trata de doctores que no van a ejercer laboralmente como tales. De esta manera, recursos de Estado destinados a la ‘formación de recursos humanos’ en ciencia son desperdiciados», completó García.
Para la próxima convocatoria 2019 para ingreso al Conicet no se esperan grandes sorpresas. Mientras tanto, los sindicatos ya evalúan próximas medidas para ampliar el presupuesto y el financiamiento a la investigación. El 10 de abril se movilizarán al Polo Científico y Tecnológico, ubicado en la calle Godoy Cruz 2.320 de Palermo. Ese día se conmemora el natalicio de Bernardo Houssay, uno de los premio Nobel de Medicina.