La Justicia Federal de San Juan multó al Banco San Juan y a sus autoridades por excesos cometidos en la entidad bancaria. Según fuentes allegadas al caso, realizaban operaciones cambiarias en el mercado negro.
La Justicia Federal de San Juan multó al Banco San Juan por excesos cometidos en la entidad bancaria y sus autoridades por realizar operaciones cambiarias en el mercado negro: simulaban vender dólares.
Según informó La Nación este lunes, la entidad fue condenada por la Justicia Federal de San Juan al pago de una multa de US$17, 7 millones que actualmente incrementaría a $661, 5 millones. El superintendente de Entidades Financieras y Cambiarias resolvió iniciar un sumario contra el Banco San Juan SA por operaciones de venta de dólares simuladas en beneficio de la misma entidad.
En la resolución del juez Rago Gallo, la opinión del Ministerio Público Fiscal fue clave, dado que el fiscal no compartió la aplicación de la doctrina de la extinción de la acción penal por plazo razonable en estas actuaciones, lo que fue confirmado por la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza. El fiscal dijo que era improcedente y que las infracciones no se relacionan con límites de operaciones de cambio, sino con graves maniobras de simulación de aquellas en beneficio del propio intermediario financiero, mediando falsas declaraciones en su tramitación por la suma de 17.766.561,29 dólares.
Un vocero del Banco San Juan, al ser consultado sobre el fallo judicial, respondió que : «El Banco San Juan informa que al haber sido concedida la apelación presentada por la entidad, el fallo adverso no se encuentra en estado firme hasta que la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza resuelva sobre el particular».
Según el Ministerio Público, las irregularidades tienen relación con una presunta falsificación de firmas de clientes en los boletos de operaciones de cambio, tickets emitidos a nombre de un cliente y firmados por otro, firmas distintas de un mismo cliente en operaciones de un mismo titular, número de CUIT-CUIL utilizado por varias personas y realización de más de una operación por minuto, entre otras.
El juez sostuvo que la entidad bancaria se habría manejado recurriendo a «listados y/o coleros», los cuales formaban parte de una organización que operaba puertas afuera de la entidad, que a cambio de una comisión diaria colaboraban con la maniobra delictiva, aceptando figurar como «clientes» proporcionando sus datos personales, que quedaban en poder de los agentes de la entidad.
Para Rago Gallo, los coautores personalmente desviaron fondos que tenían bajo su administración hacia un mercado no institucionalizado, presumiéndose que su finalidad fue un traspaso de fondos oficiales.
(Fuente: Enrique Merenda – Diario La Nación)