No es un enfermedad o trastorno por eso no está registrada como enfermedad mental, la tuvieron que quitar del manual. Este pequeño detalle de burocracia mundial, devino en política de existencia y visibilidad.
Ya no estábamos enfermxs, la población LGBTIQ+ derrotaba un gran odio con el cual la ciudadanía heterosexual, patriarcal y capacitista nos había visto por siglos. Desviadxs del régimen político más garantizado del planeta, o sea la heterosexualidad, no lxs heterxs, la sistematización binaria de la sexualidad. Porque por ser heterosexual no te matan, ni te lastiman, ni se burlan, ni se esconden, ni se alejan.
El odio estaba derrotado en los papeles del manual de psiquiatría de la OMS. Lxs gays, lesbianas y bisexuales podían abrazarse sin patologías asignadas a cuestas. Más tarde tuvieron su turno, las personas trans. La transexualidad tardó algunos años más, para ser retirada del manual de enfermedades o trastornos mentales.
Hoy 17 de mayo se conmemoran las luchas, de quienes aún todavía en un mundo con violencia sexual y afectiva deciden practicar libremente su sexualidad, su género, sus deseos, sus cuerpxs al margen de la normalidad, la biología y la moral. La lucha contra el odio que nxs a tocado vivir por no resultar iguales, por lo tanto ¿diferentes?, por lo tanto perseguidxs y violentadxs. Las luchas de todxs por sobrevivir, de aquellxs que patearon lo establecido. Siempre hay alguien que va hacia delante, atrás también hemos sabido ir sin volver hacia atrás. El movimiento LGBTIQ+ alrededor del mundo ha expresado de inunmerables formas que la aceptación y el respeto son la clave contra el odio, el odio ordinario de –temernos-. Aquí es donde aparece la palabra fobia, homofobia, lesbofobia, transfobia... La fobia es un rechazo sin sentido, y el odio que hemos recibido tiene mucho peso ganado en sentido. Nos han significado y nos han lastimado dando sentido a nuestras existencias. Hoy es 17 de mayo, es urgente avanzar y desarmar el odio cotidiano. No perder la mirada sobre el rol del estado para con las poblaciones LGBTIQ+, porque los estados, los gobiernos, las leyes, las políticas públicas también pueden dañarnos e incluso poner en riesgo nuestra vida.
Ya no somos un pequeño grupo, ni una reducida comunidad. Hay organización, hay luchas vigentes, hay aniversarios y hay recuerdos, hay memoria, hay un mundo que todavía necesita ser transformado.
A mis amigues, maricas, tortas, travas, gordes, no binaries les mando un fuerte abrazo, en este tiempo donde -fuerte abrazo- es vital y necesario. La calle está en pausa, porque estamos planeando cómo se va encender cuando volvamos a llenar las calles de nuestras marchas. No heterosexualicemos las infancias.
Andrés Nocte