El mandatario estadounidense habló de un ataque reciente en territorio venezolano como parte de su ofensiva contra el régimen de Maduro.
Donald Trump volvió a endurecer su discurso contra Venezuela y aseguró que Estados Unidos destruyó una “gran instalación” en ese país como parte de la ofensiva que su gobierno mantiene contra el régimen de Nicolás Maduro.
La afirmación fue hecha durante una entrevista radial, en la que el presidente estadounidense habló de una operación realizada “hace dos noches”, aunque evitó dar precisiones sobre el objetivo atacado o el lugar exacto donde ocurrió.
“Acabamos de eliminar —no sé si leíste o viste— una gran planta, o una gran instalación, de donde salen los barcos. Hace dos noches la eliminamos. Así que les dimos muy fuerte”, dijo Trump en diálogo con el empresario y donante republicano John Catsimatidis, en su programa emitido por la radio WABC.
Trump aseguró que Estados Unidos dio un “golpe muy fuerte” en Venezuela
Las declaraciones se dieron en el marco de una charla sobre la presión que Estados Unidos ejerce sobre Venezuela, que incluye ataques a embarcaciones vinculadas al narcotráfico y bloqueos a petroleros sancionados.
Hasta el momento, no hubo confirmación oficial por parte de la Casa Blanca ni precisiones sobre si la acción fue ejecutada por las Fuerzas Armadas estadounidenses o por otra agencia.
Consultado al respecto, Trump se negó a dar detalles.
“No quiero decir eso. Sé exactamente quién fue, pero no lo voy a decir”, respondió ante una pregunta directa sobre la participación militar.
Este lunes, el propio Trump volvió a referirse al tema y sostuvo: «Hubo una gran explosión en el área del muelle donde cargan los barcos con drogas”, y aseguró que esa zona ya no existe.
Un funcionario estadounidense citado por medios locales señaló que el presidente hacía referencia a una instalación vinculada al narcotráfico, aunque tampoco brindó información adicional.
Desde Venezuela, en tanto, no se reportaron daños ni explosiones de gran magnitud.
Trump le dio un ultimátum a Maduro: «Si se hace el duro, será la última vez que lo haga»
Desde su residencia en Florida, el presidente Donald Trump brindó una conferencia de prensa en la que combinó advertencias directas hacia el Palacio de Miraflores con anuncios estratégicos sobre la seguridad energética y militar de los Estados Unidos. El mandatario calificó como una decisión “inteligente” que Nicolás Maduro abandone el poder, lanzando un ultimátum al asegurar que “si se hace el duro, será la última vez que pueda hacerlo”.
La administración estadounidense ha intensificado la vigilancia en aguas territoriales para interceptar buques vinculados a sanciones. Trump confirmó que su Gobierno tomará posesión definitiva de las embarcaciones y cargamentos capturados recientemente, incluyendo un buque con 1,9 millones de barriles de petróleo incautado el pasado 10 de diciembre.
Respecto al destino de estos recursos, el mandatario fue tajante: “nos lo quedaremos, puede que lo utilicemos para las reservas estratégicas, también nos quedamos con los barcos”. En este marco, las fuerzas militares mantienen una “persecución activa” para dar con un tercer petrolero cerca de las costas de Venezuela. Por su parte, el gobierno venezolano ha tildado estas acciones como actos de “piratería” y adelantó que llevará la denuncia ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Narcotráfico y «derechos petroleros»
El jefe de la Casa Blanca vinculó la crisis venezolana con la seguridad interna de su país, acusando al régimen de permitir la salida de criminales desde sus prisiones y de fomentar el tráfico de estupefacientes. Trump aclaró que el despliegue en el Caribe busca recuperar los “derechos petroleros” de las compañías estadounidenses y frenar el ingreso de sustancias ilícitas. Aunque evitó hablar explícitamente de un plan para deponer al líder venezolano, al ser consultado sobre el futuro de Maduro, respondió que “eso depende de él, de lo que quiera hacer”, advirtiendo sobre “severas y duraderas consecuencias” si hay resistencia.
El «superacorazado» del futuro
En un giro hacia la política de defensa nacional, Trump presentó un plan para revolucionar la Armada con una nueva generación de buques de guerra. La propuesta contempla naves que superen en volumen y longitud a la histórica clase Iowa de la Segunda Guerra Mundial.
Este nuevo acorazado —definido como “el más grande, rápido y poderoso jamás construido”— estaría dotado de tecnología de punta: misiles hipersónicos, cañones de riel electromagnéticos y armamento láser. El presidente destacó que supervisará personalmente la arquitectura de estas naves debido a que se considera “una persona muy estética”, asegurando que la Marina cooperará bajo su visión de diseño.








