La decisión se tomó porque no completaron la validación de datos. Los afectados son mayormente trabajadore no organizados.
El gobierno nacional suspendió a 154 mil titulares del Potenciar Trabajo que no validaron su identidad por internet. Así lo anunció la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, en lo que es el mayor recorte en el programa desde su asunción, en octubre pasado. Los suspendidos tendrán, de todas formas, un mes para presentar reclamos, durante el que cobrarán la mitad del plan. Si terminado ese plazo continúan sin validar sus datos, serán dados de baja.
154 mil planes es más del diez por ciento del padrón, un número claramente alto. En los movimientos populares señalan que la cantidad se debe a que muchas personas no pudieron realizar el trámite debido a su situación de pobreza, por no tener celular, o vivir en zonas con mala o nula conectividad.
Desde que se anunció el reempadronamiento, hace dos meses, los movimientos hicieron campañas para que sus integrantes validaran sus datos. Los referentes consultados por este diario consideran que los suspendidos son personas que no están organizados, que no integran los movimientos y que entraron al Programa Potenciar a través de los municipios, por ejemplo, o de las ongs.
De hecho, ayer no se escucharon críticas de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular a las suspensiones, en contraste con la fuerte reacción que protagonizaron, con protestas callejeras, cuando Tolosa Paz intentó dar de baja 200 mil planes en diciembre pasado, en base a un informe de la AFIP sobre consumos en dólares y billeteras virtuales.
La Unidad Piquetera (UP) sí salió a cuestionar el anuncio. “La ministra Tolosa Paz está aplicando un ajuste salvaje. Para empadronarse hay que tener un teléfono, hacer una validación de rostro, contestar preguntas… nosotros ayudamos a hacer el trámite a mucha gente en los barrios, gente que no pertenece a nuestra organización. No es un trámite sencillo, porque tenés que mandar un mail, responder el mail que te manda el ministerio… Imaginate en Pampa del Indio, en el fondo del Chaco… Esto es una cosa que el ministerio hizo en menos de 60 días, rápido, con el objetivo de realizar bajas”, señaló su referente Eduardo Belliboni.
El dirigente de la izquierda piquetera acusó además a los movimientos sociales más cercanos al gobierno de convalidar el recorte social. “El ajuste se va a usar para mandar más fondos a las organizaciones oficialistas, lo que es horrible porque le están sacando la plata a una persona para dársela a una cooperativa. Yo no digo que no le den fondos a las cooperativas de Grabois o de Pérsico, pero sacársela a un tipo que no tiene nada es una barbaridad”, azuzó. Claramente, fue una chicana para molestar a sus adversarios en la interna piquetera, hoy distanciados entre sí.
Porque hoy la UTEP no tiene una postura homogénea. El Movimiento Evita decidió moderar sus salidas a la calle. “No es momento de complicarle el panorama al gobierno”, definió a Página/12 uno de sus referentes. En cambio, en el Frente Patria Grande, de Juan Grabois, están exponiendo públicamente sus reclamos y críticas a Alberto Fernández.
En la conferencia de prensa que ofreció para anunciar la medida, Tolosa Paz le dio un giro al discurso sobre la política social del gobierno, anunció un cambio en su dirección. La ministra dijo que va a impulsar que más titulares del Potenciar terminen sus estudios o hagan cursos de capacitación.
¿Por qué esto es novedoso? Porque el Potenciar, si bien siempre dio la posibilidad de estudiar como contraprestación, nació enfocado en desarrollar emprendimientos productivos (polos textiles, agricultura familiar, sistemas de reciclado) o tareas de cuidado comunitarias (comedores, espacios para la primera infancia). El discurso de Desarrollo Social proponía ese camino, el de la producción popular.
Sin embargo, es un hecho que pasados tres años de gestión del Frente de Todos, muchas de las medidas propuestas para avanzar en esa dirección no se concretaron: no se habilitó un monotributo productivo para los trabajadores del sector, ni fueron creados créditos blandos para el acceso a la tierra (como el proyecto de un Procrear Rural), la promesa de una participación de las cooperativas de la construcción en la pequeña obra pública tuvo su decreto, pero se concretó en casos que se cuentan con los dedos de una mano; el proyecto de ley de envases, que fija una tasa a las empresas para mejorar el trabajo de cartoneros y recicladores quedó sin impulso.
Al mismo tiempo, los proyectos productivos o comunitarios aprobados dentro del programa Potenciar Trabajo encontraron dificultades para recibir sus herramientas y pagos. Avanzaron, sí, pero no en la escala comprometida. De hecho, ayer Tolosa Paz mencionó que con este “ahorro” por la suspensión de 154 mil planes, el ministerio pagará proyectos del Potenciar que adeuda.
La ministra sólo hizo esa mención a los productivos del Potenciar. En contraste, dedicó la mayor parte de la conferencia a hablar de la capacitación. Anticipó que este será el direccionamiento que tendrá el programa en los próximos tiempos: en lugar de dar una contraprestación de 4 horas de trabajo diarias, sus beneficiarios podrán presentar un certificado de alumnos del sistema educativo nacional. La opción va a tono con la época y con los pedidos del FMI, ya que requiere de menos inversión en partidas sociales.
Al validar su identidad, los titulares del Potenciar debieron responder una serie de preguntas. Así el ministerio reunió datos interesantes. Algunos son conocidos, como que la mayoría de quienes cobran Potenciar son mujeres y también la mayoría son jóvenes. Es decir, los segmentos de la población que más dificultades tienen para conseguir trabajo formal están sobrerrepresentados en el Potenciar.
El dato que no se conocía hasta ahora es que el 59% por ciento de quienes cobran un Potenciar son madres con hijos menores de 18 años. Al leerlo, vale la pena tener presente que dentro del Programa Potenciar tienen un fuerte peso los trabajos sociocomunitarios, en comedores y merenderos, en grupos de promotoras de salud y de género. Es el tipo de trabajo que las mujeres con niños a cargo y sin posibilidades de pagar una guardería pueden hacer.
En relación a los niveles educativos alcanzados, la mitad de los titulares del Potenciar no terminó la escuela secundaria y un 10 por ciento tiene la primaria incompleta. Según remarcó la ministra, el 79 por ciento manifestó que que desea “mucho mucho” terminar los estudios, motivo por el que Desarrollo Social lo impulsará como contraprestación.
Tolosa Paz detalló, por otra parte, que el 30 por ciento de quienes perciben un Potenciar sí tienen título secundario. Es un dato no menos significativo que los anteriores, porque indica cómo existe un porcentaje considerable de titulares del Potenciar que, habiendo hecho el colegio secundario, no consiguen empleo, incluso en esos años de crecimiento económico. El dato muestra cómo los problemas de empleo no están asociados exclusivamente a la formación. También refleja la pobre respuesta que ha tenido el Puente al Empleo, la propuesta del gobierno al sector empresario para que tome a titulares del Potenciar, cubriendo con el plan una parte de sus sueldos.