Un clásico que se da en estas corporaciones extrativistas que pululan por el país, es que no hay suficientes controles.
“De acuerdo con la Política Nacional de Seguridad de Presas (PNSB), la ley federal aprobada en septiembre de 2010, todos los depósitos con un alto potencial de daños deben ser monitorizados para el cumplimiento de los procedimientos de seguridad establecidos en la norma. En el país, hay 2.986
emprendimientos así clasificados”, señala Folha.
No obstante, con los proyectos en marcha y las mineras embolsando dólares, en Brasil se repite el clásico del extractivismo: “Expertos evalúan, sin embargo, que el número insuficiente de personal en las
agencias reguladoras evita que las inspecciones se hagan correctamente”.
Según los últimos datos publicados por la ANA, hay 154 empleados en el país para dar cuenta de todas las presas brasileñas – hay 24 092 registradas, de los cuales al menos 4.510 están incluidos en PNSB, o necesitan ser auditado de acuerdo con la ley.
En el caso de las represas ligadas a mineras, la responsabilidad es de la Agencia Nacional de Minería (ANM), que cuenta con 20 funcionarios en el equipo de fiscalización, de acuerdo con la ANA. Hay 790 reservorios del tipo, 357 sólo en Minas, estado con la mayor concentración.
Fuente: www.explicitoonline.com
Foto: Eduardo Anizelli (Folhapress)