El INDEC informó que, de septiembre a octubre, tanto lo que una familia tipo necesita para evitar la pobreza como la indigencia escaló un 7,5 por ciento, más de dos puntos arriba de la inflación del mismo período. Al contrario del discurso del Gobierno, los datos muestran que la aceleración de los precios afecta más a los sectores de menores ingresos.
A contramano del discurso de Mauricio Macri acerca de que el Gobierno está protegiendo de la crisis a los sectores vulnerables, el propio INDEC informó que en octubre hubo una fuerte escalada y que, en los últimos 12 meses, el costo familiar para no ser pobre e indigente aumentó más del 50 por ciento.
El organismo estadístico precisó que, durante octubre, se registraron aumentos en las líneas de pobreza y de indigencia de 7,5 por ciento, es decir tanto para la Canasta Básica Total (CBT) como para Canasta Básica Alimentaria (CBA), respectivamente. De esta forma, las subas son dos puntos superiores al incremento inflacionario de 5,4% medido en el mismo mes.
La CBT es la referencia de la línea de pobreza, ya que toma en cuenta la suma de comidas y bebidas y los tarifazos a los servicios públicos y privados considerados esenciales. Ésta se ubicó en 7.845,04 pesos, por lo cual una familia tipo de cuatro integrantes necesita por lo menos 24.241 pesos para no ser pobre.
La CBA, por su parte, es la herramienta utilizada como los requerimientos kilocalóricos y proteicos mínimos para que un adulto no sea considerado indigente. En este caso, escaló hasta los $3.150,62 para un individuo mientras que el ingreso familiar mínimo se fue a los 9.735,42 pesos para evitar entrar en situación de indigencia.
En los 10 meses que van del año, la canasta básica para que una familia no sea pobre subió un 45,4 por ciento, mientras que aumentó un 46,5 por ciento en el caso de la posibilidad de evitar la indigencia. Esto se debe al mayor peso de alimentos y servicios públicos sobre los más pobres dentro del espectro, ya que los mismos dedican una mayor proporción de los gastos en alimentos y servicios públicos.
La comparación interanual es escandalosa, pensando en lo muy inferiores que fueron los incrementos salariales por paritarias. La canasta de pobreza se encareció un 54,6 por ciento mientras que el dinero necesario para evitar ser indigente en octubre subió un 51,5 por ciento respecto del mismo mes del año pasado.
Estos datos publicados por el ente estadístico del propio Gobierno exponen que, al contrario del relato oficialista, la aceleración de la inflación afecta más a los sectores más vulnerables, mientras que la esperanza de los últimos meses del macrismo es que esta problemática se recorte parcialmente por la combinación de menores números de inflación junto con una suba en salarios por las cláusulas de revisión y los selectivos bonos de fin de año.