Tras la detención de cuatro extranjeros en la marcha contra la media sanción del Presupuesto en Diputados volvieron a activarse discursos xenófobos en parte de la dirigencia política, encabezados por el senador Miguel Ángel Pichetto.
En ese contexto, el gobierno nacional pretende impulsar un endurecimiento de la ley migratoria para “hacer foco en los inmigrantes ilegales y en aquellos que delinquen”.
En un informe publicado en el blog Pescado fresco, de la Red de Investigadores/as Argentinos/as sobre Migraciones Internacionales Contemporáneas (IAMIC), la académica María Inés Pacecca, profesora de Facultad Filosofía y Letras de la UBA y responsable de estudios de la Comisión de Apoyo a Refugiados y Migrantes (CAREF), desmintió muchos de los lugares comunes para justificar los discursos xenófobos.
Aunque trabajen más, sus trabajos son casi siempre precarios e informales. Hay 20 puntos de diferencia entre el trabajo registrado de los/as argentinos/as y el trabajo registrado de las y los migrantes.
Cuando el desempleo baja, baja para todos: argentinos/as e inmigrantes. Es decir que la nacionalidad de la fuerza de trabajo no guarda relación directa con el empleo o el desempleo. ¿Será entonces que el trabajo tiene que ver con otro tipo de decisiones políticas y económicas?
En relación a quiénes estaban en las cárceles en 2017: de 85.300 personas detenidas, solo 5.100 eran extranjeras. Entre los argentinos, 55% estaba condendado y 45% procesado. Entre los extranjeros, 40% estaba condenado y 60% procesado. (Fuente: Base de datos SNEEP).
Otro lugar común refiere a “los países serios”, cuyas políticas migratorias son más “serias”. Prueba de esa seriedad es que “no entra cualquiera ni te dan el documento así nomás”.
Curiosamente, esos países serios con políticas serias tienen gravísimos problemas directamente vinculados con esas políticas. Como expresó en 2016 el Relator Especial sobre los derechos humanos de los migrantes en su informe ante la Asamblea General de las Naciones Unidas: “si se coloca una barrera entre los factores de expulsión y los de atracción para prevenir la movilidad, pero no se responde a la necesidad de los trabajadores de abandonar el país, se favorece la creación de un mercado laboral clandestino floreciente. Cualquier intento de sellar las fronteras sin ofrecer vías más accesibles, regulares, seguras y asequibles para la inmigración seguirá siendo un fracaso de enormes proporciones” (A/71/285, párrafo 12). En términos bastante claros, el Relator señaló que el conjunto de situaciones que preocupa a los Estados [serios] es resultado de la acumulación de diversas políticas, incluidas las migratorias, que construyen las barreras con las que se sellan las fronteras. Su conclusión: “el status quo no es sostenible”.