El coronel retirado Alberto Francisco Bustos se pegó un tiro en el pecho cuando lo detenían por crímenes de lesa humanidad.
El coronel retirado Alberto Francisco Bustos se efectuó un disparo de arma de fuego en el pecho ante la posibilidad de ser detenido por crímenes de lesa humanidad, argumentando que como soldado tiene la obligación de «no caer prisionero del enemigo».
Bustos, de 69 años, permanece internado en el Hospital Español de la ciudad de La Plata, donde se comprobó que mantiene comprometidos el pulmón y el bazo a raíz de su intento de suicidio. Cuatro subalternos de Bustos, integrantes en 1976 de un grupo de tareas en el Regimiento de Infantería Mecanizada 6 de Mercedes, fueron detenidos tras ser investigados por la desaparición de Cristina Cournou y Nicolás Grandi.
Al conocer la situación, Busto comunicó a familiares y allegados que no permitiría que la justicia lo detenga en relación a esos acontecimientos y destacó que «antes de ir preso, me mato». El coronel de infantería del Ejercito, en situación de retirado, antes del intento de suicidio dejó una carta en la que asegura que continua teniendo estado militar y que lo asisten «todas las obligaciones de mi condición de soldado de no caer prisionero del enemigo».
«Los terroristas que iniciaron una guerra para imponer por la fuerza un sistema antidemocrático y cambiar los valores que sustenta nuestra sociedad nacional hace más de 60 años prosiguen la guerra para vengarse de los que los derrotamos», señala. «Por eso no me entregaré al enemigo terrorista y apátrida que continúa políticamente la lucha», agregó.
Fuente: El Destape